Un día, unos niños fueron de compras a una tienda de regalos. En ese momento se produjo un atraco en esa misma tienda. Dos muchachos querían robar una joya muy, muy valiosa y por un golpe de suerte pudieron robarla.
El dueño de la tienda llamó a la policía pero no pudieron llegar a tiempo y es que los ladrones eran tan astutos. Los niños cuando pasó eso sintieron algo dentro de ellos, eran con lo que había nacido ellos. No lo sabían pero venían de una familia de superhéroes. Se fueron corriendo al cuarto de baño y se transformaron en los superhéroes que deseaban. Natalia se desmayó, era la niña más mayor, estaba Daniel y la pequeña Martina. Se sorprendieron pero…
— Es el sueño de nuestras vidas — dijo Martina.
— Ya verás cuando se lo digamos a mamá y a papá — respondió Daniel.
Fueron a su casa pero cuando llamaron al timbre.
— Entonces, si nosotros somos superhéroes, ¡nuestros padres también! — Natalia exclamó.
— Tienes razón Natalia, mucha razón — contestaron Daniel y Martina a la vez.
Abrieron la puerta y le dijeron todo lo que había pasado.
— ¿Sois superhéroes? — Preguntó Natalia.
Sus padres se quedaron parados.
— Sí lo somos. Queríamos que lo descubrierais por vosotros mismos y sentíamos con nuestros poderes que lo ibais a descubrir pronto. — dijo su madre.
— Entonces, ¿Las abuelas y los abuelos también son superhéroes? — preguntó Martina.
— Sí ellos y ellas también lo son — contestó su madre.
— A ver si han robado hay que ir a por ellos — dijo su padre.
— Os acompañaremos.
— Perfecto.
Sus padres se transformaron en superhéroes y le enseñaron su habitación secreta.
— La hicimos cuando necesitamos escondernos de los malos.
— Venga va, si lo hacemos, lo hacemos ahora y si no lo hacemos — dijo su madre.
— Venga ¡vamos!, mamá tiene razón — dijo Daniel y añadió—: Tengo una idea. salgamos por la ventana.
Salieron por la ventana y las huellas de los ladrones estaban por el tejado. Las huellas llegaban hasta el campo, a una nave blanca y negra que parecía una panadería. Abrieron la puerta los padres pero, no había nadie y empezaron a rebuscar entre las cosas. Confirmaron que era una panadería.
Natalia vio una estantería llena de libros grandísimos, además de muy lista era también muy cotilla, y empezó a tocar. Martina también se unió, y tiró de un gran libro y no pudo sacarlo, cada vez tiraba con más y más fuerza.
Fue entonces cuando se abrió una habitación secreta que había al fondo de la panadería. Era una habitación muy grande, entraron. Había un montón de cosas valiosas, y justamente en ese momento entraron los misteriosos ladrones y se escondieron.
Daniel vio un cuadro de la familia de los ladrones en el que aparecían ellos en la foto. Entonces sospecharon algo, ellos eran sus nietos y cuando se quitaron el antifaz, eran abuelas, eran supervillanas. porque un virus llamado coronavirus se lo tenían que quitar con las medidas de seguridad con la mascarilla se la pusieron y les pincharon sin darse cuenta, empezaron a luchar y les ganaron. Les dijeron las abuelas que lo robaron porque era suyo que se lo robaron los de la tienda. Finalmente los de la tienda fueron a la cárcel y todas las cosas robadas volvieron donde deberían estar.
Los niños se sintieron satisfechos y se hicieron llamar los SUPERNIÑOS y nadie los venció desde ese momento.
FIN.
